La Danza del León surgió durante la Dinastía Tang (618-906 a.C.). Cuenta la leyenda que el Emperador tuvo una pesadilla una noche de la cual le salvó una criatura de extraño aspecto. A la mañana siguiente, el Emperador describió el sueño a sus ministros. Uno de los ministros le dijo al Emperador que aquella extraña criatura se parecía a una que habitaba en el Oeste: un león.
Puesto que aquel extraño animal salvó al Emperador en sus sueños, el León pronto se convirtió en símbolo de buena suerte por toda China. Se tenía la creencia de que la Danza del León ahuyentaba a los espíritus malignos. Hoy día, la Danza del León es aún la ceremonia de apertura de negocios y eventos más importante de China. Es también un ritual necesario en todos los negocios durante el Año Nuevo Chino, para que atraiga la buena suerte para el año siguiente. Los leones no son originarios de China, lo que explica que la Danza del León adquiera características del Dragón y del Fénix Chino.
Los que manejan el León son siempre practicantes de Kung Fu, puesto que requiere posiciones muy fuertes, ya que la cabeza pesa bastante y la posición de la parte de atrás siempre es muy baja. Pueden llegar a durar bastante, por lo que se necesita mucha fuerza y resistencia.
La Danza del León y la Revolución.- Otra de las razones por las cuales los practicantes de Kung Fu ejecutan la Danza del León, es que la misma se ganó su fama durante el período de la Dinastía Ching en la que los patriotas chinos organizaban rebeliones contra los mandatarios Ching (o Manchúes). La Danza del León se ejecutaba de pueblo en pueblo bajo el aspecto de alguna celebración. En realidad, los rebeldes intercambiaban información y repartían el dinero que recaudaban a las distintas células revolucionarias. Durante la danza, el León se comía una lechuga como parte del espectáculo. Esta lechuga a menudo contenía dinero e información escondida entre sus hojas.
En aquellos días de revuelta, el que llevaba la cabeza del León gritaba “choi ching” (atrapa a los Ching) para indicar que era rebelde y que podía portar mensajes secretos. Por supuesto, cualquier agente Ching podía escuchar ese grito y adivinar la intención de los mismos. Así, ya que “ching” se pronunciaba parecido a “chiang” (verde, como la lechuga y el dinero), la contraseña pasó a ser “choi chiang” (coge lo verde). Los rebeldes siguieron reconociendo la contraseña del portador de la cabeza como señal secreta. Aun hoy se usa ese grito en la danza cuando el León va detrás de la lechuga de la suerte y el dinero.
La Danza del León llegó a estar estrechamente asociada con los estilos de Kung Fu del sur. Uno de esos estilos es el Choy Li Fut. Creado en 1836 como sistema de combate rebelde, el Choy Li Fut está enraizado en la tradición de la Danza del León.
“La Danza del León es tan importante para los estilos de Kung Fu del sur, que sin ella sería como tener una flor sin pétalos”.
COMPONENTES DE LA DANZA DEL LEÓN
La cabeza del León consta de un armazón de bambú y alambre envuelto en una capa de papel brillante. En el interior hay palancas de bambú y cuerdas que permiten al portador de la cabeza manipular la boca, los ojos y las orejas del León. Una larga pieza de tela multicolor forma el cuerpo y la cola del León.
Normalmente dos personas manejan el León: una lleva la cabeza y la otra la cola. La cabeza del León se caracteriza por ejecutar movimientos rápidos y muy vivos. Los movimientos de piernas del portador de la cabeza incluyen todos los caballos y patadas del estilo.
“No basta con ser bueno en Kung Fu, hay que comprender e imitar las expresiones y hábitos del León. La idea es hacer que el León de papel maché parezca real”.
El papel de la persona que lleva la cola es igual de importante. Debe imitar los caballos del que lleva la cabeza, a la vez que mantiene una postura más difícil y pesada, además de que su visión está muy restringida. Ambas personas deben trabajar especialmente los caballos para aumentar su fuerza: la pesada cabeza del León requiere de alguien con hombros y brazos fuertes; el que haga de cola, puesto que estará inclinado todo el tiempo, deberá tener espalda y unas piernas fuertes.Hay muchos tipos de León que representan una gran variedad de aptitudes y que se usan para diversas ceremonias.
El León Negro es el de combate y representa la juventud, trae buena suerte y le gusta jugar. “En la antigüedad, cuando dos leones negros de distintas escuelas de Kung Fu se encontraban, la danza acababa siempre en un combate entre los dos leones. Sin embargo, hoy día el León Negro es el símbolo de la Historia del Kung Fu”.
El opuesto al León Negro tiene la cara floreada con una barba blanca. Este León representa la madurez, la sabiduría, la experiencia, la calma y la paz.
El famoso General Kwan Kung está representado por un León de cara roja y barba negra. Estos dos colores representan la rectitud y el coraje del General. El León Amarillo representa al hermano mayor de Kwan Kung, el General Liu Pi, y representa su bravura y caballerosidad. El León de cara y barba negras representa el arrojo del hermano menor de Kwan Kung, el General Chang Fei.
RUTINAS DE LA DANZA DEL LEÓN
La pericia y calidad en la Danza del León y en Kung Fu del que realiza la misma, se ven a través de las rutinas que ejecuta cada escuela de Kung Fu. Todas las rutinas comienzan con la rutina de la Reverencia para atraer la buena suerte, la cual se ejecuta al principio y al final de todas las danzas del león.
El alegre León se abalanza hacia delante en primer lugar, después la cabeza gira en el sentido de las agujas del reloj, arrastrando los pelos de la barba por el suelo mientras retrocede a la posición inicial. Esta ceremonia se repite tres veces en rápidas sucesiones en las que el León demuestra su humildad y su naturaleza noble.
A continuación, el León camina haciendo un gran círculo mientras olfatea el aire, escarba el suelo, se rasca y se muestra sorprendido. Los caballos de los ejecutantes cambian según el estado de ánimo con que quieran representar al León. Caballos cuadrados, cruzados, caminando normalmente, tienen gran importancia a la hora de representar las diferentes actitudes del León. Las piernas de la persona que va debajo de la cabeza representan las patas delanteras del León. Por ejemplo, cuando el León está sorprendido, el que va delante levanta la cabeza del León por encima de la suya propia a la vez que adopta la posición de un gato.
La rutina que suele seguir a la de la Reverencia, se llama Suai Si (el León durmiendo). El que va en cabeza comienza en caballo cuadrado y muy despacio comienza a balancear la cabeza hacia atrás y hacia delante como si el León se estuviese durmiendo. Los párpados se cierran a medias. La pierna derecha se cruza por delante de la izquierda, tropezándose y volviendo a la posición de caballo cuadrado, haciendo como si se despertara de repente antes de caerse. De nuevo la cabeza vuelve a caer un poco y se balancea suavemente. El de delante cruza la pierna izquierda y tropieza volviéndose hacia la dirección opuesta para repetir la rutina.
En este estado del Suai Si, el León se despierta una vez más y mira alrededor antes de decidir que está demasiado cansado para continuar. El de delante cruza las piernas en posición de loto y se sienta bajando la cabeza hasta el suelo. El que va en cola se sienta siguiendo a la cabeza. La sempiterna música ahora marca un deliberado tempo lento mientras el que va en cabeza tira de las cuerdas apropiadas para que se muevan las orejas.
A partir de aquí, la cabeza se mueve de izquierda a derecha con la boca abriéndose y cerrándose muy deprisa, señal de que el León está durmiendo. A medida que el León va soñando, la cabeza se mueve más y más deprisa hasta que el que va delante estira una pierna hacia delante y deshace la posición de loto.
Esto despierta al león que ve una pata estirada. Pensando que son las pulgas que le atacan, el León se roe la pata. Cuando acaba con las pulgas, recoge la pata a la posición de loto y se vuelve a dormir. La parte del sueño y de las pulgas se vuelven a repetir con la otra pata.
La rutina continúa alternando sueños y despertares: el León mira hacia arriba, y bate las orejas para espantar a las moscas; la boca se le cierra y muy despacio la vuelve a abrir, bostezando. Siguiendo el guión, el León vuelve a estar completamente despierto. El de cabeza estira las dos piernas al frente formando una “V”. Luego cierra las piernas y se actúa como si el León se estuviese lamiendo las patas y afilando las garras.
Seguimos imitando a un gran gato acicalándose. Se peina las melenas, se rasca las orejas con una pata y se frota los ojos (en esta maniobra el de delante tiene que retrasar la pierna hasta la cabeza). Se vuelve a repetir la rutina con el otro lado.
El León se encuentra ya completamente despierto y se pone a morder supuestas pulgas en sus lomos y a rascarse el pecho. En esta maniobra, el de delante se alza haciendo el spagat mientras la boca abierta del León muerde sus nalgas, que representan el pecho del mismo. Entonces, ambos ejecutantes saltan y adoptan una posición de caballo cuadrado.
El que va detrás estira una pata hacia un lado y la agita como si las pulgas estuviesen atacando esa pata. La cabeza del León mira hacia esa pata, la muerde, vuelve a mirar al frente, se estira, mira unas pocas veces hacia arriba y repite la operación con la otra pata.
Por último, le pica la cola, lo que requiere que el que va detrás se agite con vigor. El León quiere morderla, por lo que la cabeza intenta atrapar la cola, girando sobre sí mismo. Se repite la rutina por el otro lado. Finalmente el León lo deja y se pone a caminar, listo para ejecutar una nueva rutina, Si Gee Chut Dung (el León sale de su cueva). Esta rutina es una de mis preferidas y la ejecuto con ayuda de un par de banquetas chinas, dos palos o dos personas sosteniendo armas chinas que representan la entrada de la cueva.
El cauteloso León explora la salida de la cueva. Temeroso de un ataque, salta frecuentemente hacia atrás. Muy despacio, con el que va en cabeza en posición de gato, el León se aproxima a la salida de la cueva, olfateando el aire y saltando hacia atrás cada vez que se acerca mucho a la salida. A medida que se da cuenta de que no hay peligro, el León olfatea y lame con alegría cada lado de la salida de la cueva. El que va delante alza la cabeza después en señal de que todo va bien y de que el León está tranquilo.
A medida que el León sale de la cueva, el sol le hiere los ojos. Los ejecutantes entonces han de imitar los movimientos de un gran gato deslumbrado por el sol, parpadeando mucho para protegerse del mismo.
Por último, el León rueda por el suelo a izquierda y a derecha. Después sigue describiendo un gran círculo y se da cuenta de que tiene hambre, y esto nos conduce a la parte más importante de la Danza del León: La ceremonia Choi Chiang.